La pasión de su padre por el automovilismo, derivada de la presencia del colombiano Juan Pablo Montoya en la Fórmula Uno fue la razón por la cual el piloto barranquillero Samuel Yancen Meza terminó metido en el mundo de los deportes a motor.

Con apenas 15 años, los dos últimos dedicados al kartismo, Samuel ya ha hecho presencia en distintas competencias nacionales y, desde el 7 al 9 de noviembre, participará en el GP Rotax del Caribe que se disputará en el Gran Malecón del Río.

“Mi papá (Fabián Yancen) veía mucho a Juan Pablo Montoya, pero no volvió a ver más carreras hasta la pandemia y me metió esa idea en la cabeza. Pensé que era una broma porque este es un deporte que es muy caro”, cuenta Samuel.

El proceso lo inició en la pista de Juan Pablo Montoya, pero no le gustó mucho la experiencia. Luego, su papá, por medio de un amigo, se enteró que, en la Escuela Colombiana de Karts, en Cajicá, podía hacer el curso de piloto. Allí la historia fue distinta, le brindaron facilidades para rentar el carro, el overol, los guantes y los zapatos y debió aprobar el examen para que le dieran la licencia.

“Me quedé con la idea de seguir y ahí fue cuando compramos mi primer carro y a los dos o tres meses empecé a competir y eso fue fantástico”.

Correr en su tierra es algo que lo tiene motivado y por eso se está preparando no sólo para competir, sino para ganar.

“A mí me encantó que me hubieran dado la noticia en Bogotá, allá me empezaron a hablar del tema y nos fuimos introduciendo y ahora estamos metidos de lleno. Estoy emocionadísimo porque falta poco para el evento, está súper bien armado y el circuito es una maravilla”, asegura el barranquillero, que cuenta con el respaldo de Juan Pablo Rico, un ícono del kartismo en Colombia, y quien es el director deportivo del Rotax Max Challenge Colombia.

La preparación para la carrera la ha desarrollado completamente en Bogotá, pero dice que su adaptación al calor de Barranquilla será una ventaja sobre los demás pilotos.

Samuel pertenece al equipo Alfred Racing, su preparador es Carlos Mendoza, y tiene claros dos objetivos en su carrera: ganar la Triple Corona del automovilismo (Gran Premio de Mónaco, 500 Millas de Indianápolis y 24 Horas de Le Mans) y ser el mejor piloto del mundo.

Para ello ve muchas carreras de karting de Estados Unidos e Italia para analizar a los mejores del mundo cómo toman las curvas, cómo aceleran y, sobre todo, cómo frenan.

“Tengo que acostumbrarme a no tener miedo, porque cuando estás en el carro el problema no es la acelerada o girar o tomar la curva, sino frenar. Mientras más tarde frenes, pero bien, mejor, pero una cosa es estar adentro y otra afuera. Cuando estás adentro sientes que la curva la tienes enfrente y eso te genera mucho miedo porque sientes que vas frenar mal, vas bloquear y te vas a estrellar, pero eso a punto de estrellones se te quita”.

Para su desplazamiento a las carreras es financiado por Y&M, una empresa familiar dedicada a la asesoría y consultoría en salud. “Gracias a eso podemos darnos el lujo de vivir aquí e ir allá (Bogotá)”, señala Samuel, quien diseñó su propio casco para sus carreras, inspirado en la flor de cerezo, de gran significado en la cultura japonesa.

“Refleja la vida y la muerte en un segundo ya que los pilotos podemos correr el riesgo de irnos en cualquier momento”, afirma.

En el GP Rotax del Caribe, Samuel correrá en la categoría Senior Max, donde fue el mejor novato la temporada anterior y aspira a conseguir el cupo al Panamericano del año entrante.